ANALISTAS Y TERAPEUTAS COGNITIVOS
TERAPIAS COGNITIVAS Y SALUD MENTAL

TRATAMIENTOS PSICOLÓGICOS

TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL

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Psicólogo U.B.A. Especialista en Terapias Cognitivo Comportamentales (TCC) con Adolescentes y Adultos. Los tratamientos breves científicamente probados más aplicados en los países desarrollados.
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Lic. Gustavo Haedo
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¿Cómo asegurarse de estar en manos de un psicólogo capaz y honesto?

Definiré la capacidad de un psicólogo para hacer un tratamiento adecuado, como la combinación de conocimientos sobre psicología clínica y habilidades en la aplicación de la psicoterapia. En esta guía hemos visto dos aspectos importantes en relación a los conocimientos. Uno ha sido aclarar que una buena formación como terapeuta requiere la realización de un posgrado en psicología clínica (obligatorio en otros países). El otro aspecto es la teoría específica en la que el psicólogo está formado, sobre el que he tratado de demostrar la superioridad de las psicoterapias cognitivas (TCC), y las graves fallas de los tratamientos psicoanalíticos que son los más usados en nuestro país. Por otro lado, respecto a las habilidades para el tratamiento, mencionaré que estas no se adquieren por el simple hecho de atender a muchos pacientes, sino cuando se aplican nuevos conocimientos teóricos a la atención de los mismos, y que están por lo tanto muy relacionadas con la teoría que se utiliza. Quisiera mencionar que habemos muy pocos terapeutas cognitivos en Argentina y somos casi todos jóvenes, debido a que ésta teoría llegó a nuestro país hace pocos años y no fue bien recibida por la idiosincrasia de los psicólogos locales.
Definiré la honestidad en dos niveles, por un lado como una cualidad personal y por otro como un contrato entre personas. Como cualidad personal, hay personas que no son honestas porque su personalidad no posee la cualidad de respetar a los otros. Otras veces la gente no cree que esté siendo deshonesta, porque la sociedad considera aceptables determinados engaños (por ejemplo “la viveza criolla”). Esto también puede ocurrir con algunos argumentos teóricos que habilitan ciertos abusos (ver psicoanálisis y honorarios). El aspecto del contrato entre personas refiere a las condiciones que se establecen para iniciar una relación, en este caso profesional. El consentimiento informado es una práctica poco común en nuestro país, pero exigida por el código de ética, e implica informar al paciente sobre el diagnóstico y tratamiento para que éste pueda tomar libremente decisiones sobre los mismos. Este aspecto marca grandes diferencias entre las terapias cognitivas en las que toda decisión se toma junto al paciente luego de explicarle todos los aspectos relacionados con esa decisión, y el psicoanálisis que no plantea ninguna necesidad de dar al paciente explicaciones sobre la terapia. La terapia cognitiva comienza pidiendo al paciente su consentimiento para realizar un tratamiento, acuerda con el paciente en cada sesión los objetivos y las técnicas que se usarán para lograrlos, brindan al paciente educación sobre su problema y los fundamentos de la terapia, establece plazos estimados de tratamiento, utiliza instrumentos de medición objetivos de los síntomas. Con toda esta información el paciente sabe muy bien lo que le sucede y cómo funciona y progresa su terapia, por lo que no existen muchas chances de que sea engañado. Es muy común que los tratamientos psicoanalíticos se vuelvan interminables, que el paciente no entienda cómo se desarrolla su tratamiento, ni hacia donde se dirige. Esta situación termina generando que algunos retengan al paciente indefinidamente para seguir cobrando.
Finalmente quisiera aclarar que no considero que los psicólogos elijan determinadas teorías para poder cometer engaños, ni que la mayoría cometan actos deshonestos con sus pacientes con mala intención. Simplemente sucede que cuando no se establecen claramente las condiciones de una relación profesional, pueden cometerse errores y faltas éticas.

Debido a la falta de políticas adecuadas y controles estatales en salud mental, y a que desde la psicología existe una oferta muy diversa y confusa de tratamientos, usted debe ocuparse de averiguar y decidir qué tratamiento elegirá para sus problemas. Esto no debería ser así, y no lo es en otros países desarrollados como Inglaterra, en donde el estado provee gratuitamente tratamientos cognitivos para sus ciudadanos. El motivo por el cual esos países obligan a aplicar solo terapias cognitivas es porque han demostrado resultados científicamente, y esos estados no aceptan invertir fondos públicos y exponer a sus ciudadanos a procedimientos cuya utilidad sea dudosa.
Una opinión personal sobre las distintas formas de tratamientos psicológicos:
En nuestro país la gran mayoría de los psicólogos son psicoanalistas que realizan tratamientos individuales no focalizados y sin evidencias científicas que respalden su eficacia. Al no ser focalizados estos tratamientos se desarrollan a lo largo de muchos años sin rumbo y sin resultados claros. Por otro lado algunas pruebas científicas los han considerado muy poco eficaces (Ver “La importancia de poner a prueba científicamente”). Es común que pacientes que han hecho este tipo de tratamientos durante años, lleguen a la conclusión de que el tratamiento los ayudó a sentirse más contenidos y a conocerse mejor a sí mismos, pero no resolvió los problemas por los cuales habían ido a ese psicólogo. Los amigos y familiares de estas personas a menudo cuestionan los resultados del tratamiento diciéndoles que lo ven igual que antes, que no cambió en nada.
Los psicoanalistas, desde Freud, le dan una importancia fundamental al dinero que el paciente paga al terapeuta a cambio de sus servicios. Argumentan que en ese pago se ponen en juego los problemas del paciente y que pagar los estimula a trabajar mejor en la terapia. De esta manera muchos psicoanalistas llegan incluso a sugerirle al paciente que cuanto más pague, mejores resultados va a obtener, ya que es una muestra de cuanto están dispuestos a apostar por ese tratamiento. Esto plantea un problema ético muy grande, ya que es fácil aprovechar estos argumentos para sacarle la mayor cantidad de dinero posible a una persona que atraviesa una situación difícil y está dispuesta a confiar en quien promete ayudarlo, como suelen hacer muchos “chantas” o “estafadores”. Los terapeutas cognitivos consideramos al dinero que paga el paciente por nuestros servicios simplemente eso, un pago a cambio de un servicio prestado por el cual el paciente espera obtener resultados. La postura de los terapeutas cognitivos evita todo tipo de abusos, al plantear el tratamiento como un servicio por el que el paciente paga para lograr los objetivos específicos que él mismo estableció. Al poder dar cierta garantía de cumplimiento de esos objetivos basándose en la evidencia científica que demuestra que la terapia cognitiva logra muy buenos resultados. Al poder establecer un tiempo estimado de tratamiento basado en investigaciones científicas que establecen el tiempo necesario para curar ciertas enfermedades mentales con terapia cognitiva. Por supuesto, nada de esto quita que el paciente tiene derechos especiales como persona que padece un malestar o enfermedad, no siendo la pretensión de la terapia cognitiva la de trasformar esa relación en una simple transacción económica, sino la de plantear reglas de tratamiento claras acordes a cómo funciona nuestra sociedad, para evitar que los paciente sufran abusos.


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Sigmund Freud (1913). “Sobre la iniciación del tratamiento”. Obras Completas. Editorial Amorrortu.